Con que mal sabor de boca me quedé el sábado tras el partido de Nacional. Y no por el pésimo partido que jugué, que no recuerdo ninguno similar (es difícil hacerlo peor), sino por la "bajada de brazos" antes de acabar el partido que hizo el equipo. Ojo, si hubiéramos ganado me hubiera ido tan contento a celebrarlo, pero no fue el caso; y es normal porque jugando tan mal podrás ganar una vez como ocurrió la semana anterior ante Carolinas, pero dos veces ya sería un premio inmerecido en este deporte (que casi siempre es justo) y más aun, ante un equipo que supo hacer las cosas bien y que se mantuvo concentrado e intenso los 40 minutos que duró el partido, castigando cada uno de nuestros fallos.
Con Larry muy enchufado en los primeros minutos, pero con un coladero en nuestra defensa ya en el primer cuarto tomaron ventaja y a pesar de que en el segundo periodo redujimos la diferencia gracias sobre todo a la defensa en zona, que no al ataque en el que seguíamos cayendo en individualidades, todo se desmoronó poco a poco y más aun después del descanso, cuando se suponía que más intensos deberíamos salir (pero ya en esa rueda de calentamiento la actitud no era la propicia para la remontada). En el último periodo la citada "bajada de brazos" hizo que nuestro rival aumentara su renta y eso que no estuvieron muy acertados en este cuarto.
Individualmente no podemos destacar a nadie, ni tan siquiera los minutos iniciales de Larry, ya que sus puntos llegaron a través de acciones en solitario, más por obra de su talento, que por el juego colectivo (que al final es de lo que se trata). Salva no estuvo mal, aunque en ocasiones botó demasiado ralentizando el ritmo ofensivo en los sistemas de juego. Kike se vino abajo cuando más lo necesitábamos (es posible que haya jugadores como Kike y Rubén a los que el refuerzo positivo los estimula más a mejorar, que con "broncas" que solo hacen nublar su juego; no es una crítica al entrenador porque él nos trata a todos por igual, sino más bien a nosotros mismos ya que tenemos que ser los primeros en animar al compañero cuando ocurren este tipo de situaciones). Juanje estuvo como siempre, voluntarioso, pero esta vez poco acertado de cara al aro (como el resto). Por fin vimos a Mario jugar y aunque le falta ritmo competitivo su rodilla respondió bien y poco a poco ayudará a subir el nivel del equipo. Vasili tuvo suficiente con el partido de autonómica y aportó presencia en los pocos minutos que dispuso. Como ya he dicho antes, yo deambulé por el campo intentando hacer lo de siempre, pero parecía que todo iba al revés. Santi peleó a su estilo, pero tampoco su presencia fue significativa. Sarabia tampoco tuvo su día, de hecho creo que ha sido el peor partido desde que está en el Club. Octavio siempre ayuda en el rebote, intimidando, pero necesitamos más de él, sobre todo delante (imponiéndose en la pintura). Rubén jugó pocos minutos y pasó casi desapercibido y Silverio metió sus dos tiros libres (con eso queda claro que el mundo estuvo al revés aquel día).
Este partido nos tiene que servir para subir el nivel en los entrenamientos, sobre todo en cuanto a intensidad y concentración.
Anteriormente se jugó el derby de 2ª Autonómica. Partido jugado de tú a tú en el que mi equipo jugaba como visitante y en el que el equipo de Paco Palazón tomó la iniciativa en el primer cuarto, pero a partir del segundo y sobre todo en el tercero, gracias a la defensa jugamos buenos minutos con ritmo alto para rondar los 10 puntos de renta. Supimos sufrir en el último periodo conteniendo a nuestro rival que rondó varias veces la remontada. Por parte de Restaurante Toskana destacaron en anotación Joaquín y José Abel, mientras que por nuestra parte lo más importante fue la aportación de los juniors de Jesuitinas, Joaquín y Fran.
Para terminar recordaros que aun podéis dejar comentarios en esta entrada de cara al CD que vamos a preparar para los calentamientos. Tan solo nombrad la canción y el autor o grupo que la canta. Os dejo con un tema que nos viene "ni que pintao" y que propuso Mario: "Todos los días sale el sol".
