miércoles, 8 de febrero de 2012

¿Dónde están los espartanos?


No sé si sería por el frío, por las bajas que tenían o porque jugaban a domicilio, pero el equipo guerrero, que aparecía tras una manifestación espartana previa a cualquier choque, que dejaba medio aturdido al rival tras sus gritos y gracias al que partían con un virtual 2-0 de ventaja en cualquier partido no se presentó en Archena el pasado fin de semana. Ese grupo de guerreros (más allá del nivel baloncestístico), que a su rival le costaba sangre, sudor y lágrimas derrotar, se quedó en Alicante.

Tras 4 jornadas sumando derrotas, que peligrosamente nos acercaban a la zona caliente de la clasificación, llegó Carolinas, equipo más necesitado que nosotros, que por el momento ocupa una de las plazas que lleva al infierno del descenso. Pero su situación era distinta, ya que llegaban tras dos victorias y oliendo a sangre (la nuestra, tras no habernos estrenado todavía en 2012).

Eso y un inicio típico nuestro, "a verlas venir", hizo que los visitantes, aunque todo hay que decirlo, estuvieron muy acertados, mandaran en el primer cuarto anotando más de lo que están acostumbrados, gracias a nuestra permisividad defensiva. En el segundo cuarto subimos nuestro nivel defensivo y hasta la gente murmuraba desde la grada cómo era un servidor capaz de agacharse y lanzarse al suelo intentando recuperar un balón (lo que hay que oír). En fin, gracias a la actitud del equipo le dimos la vuelta al marcador y nos alejamos de nuestro rival (tan solo sumaba desde la línea de tiros libres).

Con rentas de 10 puntos jugamos a partir del descanso ante un equipo que nunca se rindió pero que estuvo controlado en todo momento. El esfuerzo físico de los alicantinos se notó en el último cuarto, en el que se vinieron abajo paulatinamente, cosa que aprovechamos para alejarnos en el marcador y conseguir una cómoda victoria.

Una situación cuanto menos curiosa y graciosa, aunque a mí no me hizo mucha gracia y estando con la resaca de la Super Bowl fue, el Touchdown en propia canasta que anoté, tras pase de mi Quarterback Octavio. Menos mal que habíamos dicho que sacaba "yo" cada vez de fondo.

En fin, conseguimos una necesaria victoria, ante un rival directo al que alejamos en la clasificación y que nos permite ir a Guardamar sin nada que perder y con mucho que ganar, aunque sabemos que esa no es nuestra liga.

Por otra parte, el domingo se jugó el segundo derby del Club, entre equipos de la misma categoría. El resultado fue favorable a mi equipo (era lo normal, sobre todo tras las numerosas bajas de los de Paco Palazón).

La diferencia final no refleja la igualdad que hubo en el choque. De hecho, fuimos por detrás en el marcador durante gran parte de la primera mitad. Nos ganaban en todo: rebote, ritmo de partido, lectura de juego, defensa, pero sobre todo en intensidad. Tras el descanso salimos algo más activos, intentando apretar a sus bases sin dejar líneas de pase cómodas. Eso repercutió en numerosas pérdidas que aprovechamos con contraataques en los que sumábamos canastas fáciles. Este cuarto fue decisivo y aunque el marcador no se cerró y la renta oscilaba en 10 puntos, el cansancio del equipo rival era algo visible y las opciones de remontar eran mínimas. De hecho, al final la diferencia aumentó a nuestro favor para cerrar el encuentro de forma más o menos cómoda.

1 comentario:

  1. Buen partido de los interiores (de los dos equipos)... aunque la gasolina de Santi se quemó entre el sábado noche y la primera parte del partido!!!

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