Eterno sábado de baloncesto

Eterno sábado de baloncesto el que aconteció el pasado fin de semana. Todo comenzó a las 18:00 en punto hora a la que accedí al Pabellón del Colegio Municipal Alcolea Lacal de Archena donde una hora más tarde jugaba mi equipo de 2ª Autonómica contra el C.B. Archena.

Nada más entrar vi a Pedro Baeza al que saludé y mientras hablaba con él, vino el entrenador del C.B. Archena, Fernando Ros a justificar la decisión final de jugar a esa hora, ese día (cosa que yo ya tenía clara). Al fin y al cabo ya nos conocemos. El equipo que actuaba como local estaba casi al completo y pronto empezó a calentar de forma ordenada y muy metidos en el partido, todos concentrados sin perder un segundo en mirar lo que hacía su rival. Por el contrario los míos llegaron algo impuntuales (lo de Sato ya lo sabía pues trabajaba hasta las 18:00), por lo que comencé la charla previa al choque antes de que algún jugador se hubiera cambiado incluso. Tras la misma, en el que remarqué la necesidad de ser responsables en la pista y mi confianza en ellos para afrontar este importante partido sin mi presencia, aprovechando cualquier momento de debilidad del rival para sacar provecho del mismo, dejé al equipo en las buenas manos de Paco Palazón y me fui al Pabellón Municipal de Archena donde jugaba a las 19:30 frente a Elda.

A las 18:30 ya en el Pabellón y tras haber recogido a Larry por el camino me cambié y comencé a calentar con el resto de mis compañeros. Todo iba sobre la marcha hasta que a falta de 9 minutos para comenzar el encuentro un jugador de Elda machacó tras una entrada a canasta rompiendo el tablero de la misma. El tiempo se detuvo y tras hablar con los colegiados buscamos una solución. Habían dos tableros de repuesto, pero ninguno tenía las medidas para la canasta por lo que el jugar en esta cancha quedó descartado definitivamente. La alternativa era cambiar de Pabellón para no aplazar el partido y que el equipo de Elda tuviera que pegarse otro viaje a Archena. Descartamos el Pabellón de La Algaida sin contemplaciones y elegimos la única opción posible, jugar en el Pabellón del Colegio Municipal Alcolea Lacal de Archena, cuando finalizara el partido de Autonómica.

En cuanto se tomó la decisión, cogí mis bártulos y salí a toda velocidad a dicho pabellón. Llegué justo cuando se iba a iniciar la segunda parte y me senté en el banquillo de mi equipo, que ganaba por un punto de diferencia. No sé si el efecto que produjo en mis jugadores el verme con ellos o a mis rivales tenerme en contra supuso algo, el caso es que en pocos minutos nos escapamos en el marcador. También es cierto que solemos hacer unas segundas partes muy buenas. Somos una especie de martillo pilón que no para de golpear a su presa hasta que el agotamiento acaba con ella. El momento de debilidad del C.B. Archena se hizo patente y entonces aprovechamos la oportunidad. Al final nos llevamos el partido de forma cómoda y demostramos ser un buen equipo, conjuntado y sin dependencias.

Una vez finalizado el encuentro me volví a calzar las zapatillas de juego para reanudar el calentamiento del partido de Nacional que se aplazó temporalmente. Con otros 20 minutos más para entrar en calor el inicio se hizo eterno. Cuando por fin el árbitro lanzó el balón al aire y se produjo el salto inicial se vieron los que iban a ser mejores minutos del equipo en todo el partido, alcanzando rentas de 15 puntos en el primer cuarto. Luego, nos relajamos y nuestro rival aprovechó dicha situación para meterse en el partido, llegándolo a igualar e incluso tomando la iniciativa en el marcador en la segunda mitad. Menos mal que reaccionamos a tiempo y en el último periodo corregimos nuestros errores para llevarnos una más o menos cómoda victoria, a la vez que necesaria para nuestras aspiraciones de salvación.

Lo feo del partido, no se si por la acumulación de estrés tras lo ocurrido durante toda la tarde o por cualquier cruce de cable (que en este equipo suele ser normal), fue la bronca que se produjo en el banquillo en el tercer cuarto. Hay que saber templar los nervios en cada momento, hay que saber cómo dirigirse a un compañero, hay que saber aceptar críticas. Todo esto lo digo porque la imagen dada no es la correcta a pesar de la victoria y más de uno se fue a casa pensando en ello, con mal sabor de boca y sin la sensación de ser un EQUIPO, que es la que deberíamos tener tanto en las derrotas como en las victorias.

Tras este largo sábado de baloncesto que finalizó abandonando el Pabellón del Colegio a las 22:45 algunos nos fuimos a cenar al "Cocherito" y a darnos una vuelta intentando relajarnos al fin de lo vivido en esta intensa jornada.

Al día siguiente Restaurante Toskana se enfrentaba a Santomera a domicilio y visto como calentó cada equipo se pudo acertar cómo iba a ir el partido. Mientras que los locales estaban puntuales junto a su entrenador, los visitantes fueron llegando a cuentagotas y a falta de 5 minutos para comenzar el partido, llegó el último miembro disponible del equipo.

Fue un partido igualado, en el que las primeras ventajas fueron para los archeneros y que al final se escapó tras un parcial local que los de Paco Palazón no pudieron remontar.

Sin poder entrenar 5x5 es complicado luego jugar este tipo de encuentros apretados con rivales de nivel. El principal fin a la hora de crear este equipo no era otro que disfrutar del baloncesto un año más y por ello se hizo este grupo, en su mayoría de jugadores veteranos (a excepción de Luis y Alfonso), que además se costea la temporada sin costarle un euro al Club. Pero es un buen momento para no desperdiciar el trabajo que ha hecho Paco al frente del equipo, aunando el esfuerzo común de todos en los 2 entrenamientos de la semana para acabar la temporada de la mejor forma posible (las opciones de entrar en playoff están intactas dependiendo única y exclusivamente de nosotros).